Proyecto - Escribir para aprender...

Una idea que nace de la experiencia de escribir en un diario durante más de 6 meses y de los aprendizajes del libro Writing to Learn, de William Zinsser.

Este año quise hacer un experimento...

Inspirándome en Matthew McConaughey y en su “memoria” Greenlights (de mis libros favoritos por cierto), decidí comenzar un diario. Algo simple para documentar mis días, aprendizajes, pensamientos y emociones.

¿El resultado?

Es sorprendente cuánto puedes aprender de ti mismo, en cuestión de pocos meses.

Hoy se cumplen 202 días desde que empecé y ya llené libreta y media.

He visto decenas de patrones (útiles e inútiles) repetirse. He visto auto engaños, aprendizajes y mejoras. He revivido escenas preciosas de mi vida y otras, no tan lindas...

Pude recordar detalles ínfimos que de no haberse escrito, se habrían perdido en la vorágine de la vida. Reconectar con partes profundas y muy vulnerables de mi mismo, con las que (a veces) me cuesta convivir.

Pude ver cómo evolucionaban mis pensamientos, cómo se articulaban mejor mis ideas, algunas reflexiones de mi yo del pasado y revivir días completos, detalle a detalle, persona a persona, frase a frase...

Hoy es un hábito necesario.

Me ayuda a pensar mejor, guardar historias, re-evaluar creencias, capturar momentos valiosos, recordar detalles importantes (o frases que me llamaron la atención) y revivir experiencias, sensaciones, emociones y percepciones...

Pero lo más importante: me ha ayudado a aprender y reflexionar sobre mi pasado.

Ahora... ¿Por qué una foto de “Writing to Learn” en el post?

Dio la casualidad, que en mis estudios de meta-aprendizaje (cómo aprender a aprender), me topé con este librito que tomaba como vehículo principal del aprendizaje la escritura.

Me hizo mucho sentido y me ayudó a confirmar mis conclusiones sobre el diario escribir...

¿Es bueno el libro?

Si, pero lo de “aprender a través de la escritura” podría resumirse fácilmente en un par de párrafos:

“Escribir, es pensar en papel. Un texto es, en el fondo, un pedazo de pensamiento. El pensamiento es la base de la escritura. Una idea puede tener valor en sí misma, pero su utilidad disminuye si no somos capaces de articularla con claridad a otra persona.

La escritura hace ese trabajo: nos ayuda a organizar y aclarar nuestros pensamientos. Es la forma en que pensamos sobre un tema hasta hacerlo nuestro.

Cuando escribimos, descubrimos lo que realmente queremos decir al intentar plasmarlo por escrito, a la vez que dejamos en evidencia lo que no sabemos o no entendemos bien. Ese acto repetido nos obliga, por un lado, a buscar más y mejor información y por otro, a evaluar nuestros pensamientos, organizarlos y presentarlos con claridad; lo que se traduce en más aprendizaje y en un dominio más profundo del tema.

Si te obligas a pensar con claridad, escribirás con claridad y aprenderás en el proceso.

La parte difícil no es escribir; la parte difícil es pensar.”

Gracias al diario, pude vivir en carne propia el proceso de “escribir para aprender”. Y dado a eso, se me ocurrió hacer un nuevo experimento, esta vez un tanto más ambicioso.

Aprender, pensar y escribir van de la mano...

Y es justamente eso lo que quiero comenzar a hacer, a una mayor escala, a través de este y otros medios.

Voy a “escribir para aprender”, en público.

Para ayudar a otros, escalar ideas (e idealmente, apalancarme de ello en el camino).

Hablaré principalmente de mis gustos, no necesariamente de mi principal área de expertise…

Quiero tocar temas como:

  • Metaaprendizaje.

  • Toma de decisiones, sesgos y heurísticas.

  • Filosofía.

  • Libros y literatura en general.

  • Historias y aprendizajes del día a día.

  • Emprendimiento.

  • Marketing, branding y copywriting.

Y lo que sea que quiera aprender, que crea pueda aportar valor a mi audiencia objetivo;

Gente curiosa con ganas de prosperar en la vida y hallar la sabiduría, desde la virtud.

Con este post, doy inicio a esta nueva aventura. :)